Ixtab e Indra, lxs dos protagonistas de esta obra, se conocen
en un punto de la Ciudad de México desde donde es posible observar la Danza del
volador (Voladores de Papantla) realizada en la antena de la Torre
Latinoamericana.
El encuentro
de los protagonistas y la danza en la punta del rascacielos es la escena que, de forma distinta, pone en marcha la trama de cada uno de los tres
“libros” que conforman esta obra: “Libro verde: flores y comida”, “Libro rojo:
los incendios” y “Libro azul: la lumbrera”.
Salvo el villano Manuel Maples
Arce Mussolini Junior, que aparece en los tres libros encarnando distintos avatares
de sí mismo, cada "libro" está poblado por personajes secundarios endémicos, de
carácter tanto realista como fantástico, que pueden llegar a crecer hasta el
grado de eclipsar, en pasajes enteros, a Indra e Ixtab.
Por su parte, lxs protagonistas son
siempre las mismas personalidades, pero con biografías y circunstancias
modificadas. Indra e Ixtab: dos adultos jóvenes (30 años) que visten con mucho
estilo, sin comprar jamás ropa de fast fashion, sino pura paca de tianguis.
La relación que se establece
entre ambos es, en cada ocasión, distinta y constituye una historia que
funciona como centro melodramático en cada “libro de color”. En alguna de las variantes,
por ejemplo, llegan a ser colegas investigadores y mejores amigues,
mientras que, en otra, solo se conocen y se despiden porque Ixtab marcha a la
guerrilla.
El intrigante desarrollo de cada
centro melodramático (la oscilación entre el romance y la locura) está ligado,
a veces de manera subordinada, al esclarecimiento de la principal cuestión
detectivesca de la novela: ¿quiénes y por qué danzan en la punta de la Torre
Latinoamericana?
Investigadores, cómplices,
pertenecientes a bandos distintos o simples testigos, Indra e Ixtab se involucran
siempre en la resolución de esas preguntas.
Los hechos que sirven para develar
en cada “libro” el misterio de la danza en la torre, son premeditadamente rocambolescos
y librescos. Por la parte rocambolesca, hay ataques de monstruos, explosiones,
narcotráfico, hierofanías, escenarios extraterrestres, conspiraciones gubernamentales.
Por la libresca, los mismos hechos refieren con frecuencia a fuentes
bibliográficas acerca de los significados y las variantes de la Danza del
volador en Mesoamérica.
Por eso último —y por la división
en tres libros de colores—, la presente obra recuerda al Diccionario
jázaro de Milorad Pavić; también se lee como un léxico, en este caso,
acerca de la Danza del volador, bixom t´iiw (“danza de los gavilanes”) en
lengua tének.
Pasando a otra cosa, la presente obra
es también un ejercicio prosístico generado a partir de las palabras flores,
comida, incendios y lumbrera, así como un ensayo sobre la confusión
de las aves.
Su extensión actual es de 278
cuartillas. Yo calculo que faltan 38 para que la distribución de las partes quede
simétrica.
La danza de los gavilanes se adscribe a los géneros narrativos cuento y novela.
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