lunes, 14 de febrero de 2022

El libro que estoy escribiendo

 


Ixtab e Indra, lxs dos protagonistas de esta obra, se conocen en un punto de la Ciudad de México desde donde es posible observar la Danza del volador (Voladores de Papantla) realizada en la antena de la Torre Latinoamericana.

            El encuentro de los protagonistas y la danza en la punta del rascacielos es la escena que, de forma distinta, pone en marcha la trama de cada uno de los tres “libros” que conforman esta obra: “Libro verde: flores y comida”, “Libro rojo: los incendios” y “Libro azul: la lumbrera”.

Salvo el villano Manuel Maples Arce Mussolini Junior, que aparece en los tres libros encarnando distintos avatares de sí mismo, cada "libro" está poblado por personajes secundarios endémicos, de carácter tanto realista como fantástico, que pueden llegar a crecer hasta el grado de eclipsar, en pasajes enteros, a Indra e Ixtab.

Por su parte, lxs protagonistas son siempre las mismas personalidades, pero con biografías y circunstancias modificadas. Indra e Ixtab: dos adultos jóvenes (30 años) que visten con mucho estilo, sin comprar jamás ropa de fast fashion, sino pura paca de tianguis.

La relación que se establece entre ambos es, en cada ocasión, distinta y constituye una historia que funciona como centro melodramático en cada “libro de color”. En alguna de las variantes, por ejemplo, llegan a ser colegas investigadores y mejores amigues, mientras que, en otra, solo se conocen y se despiden porque Ixtab marcha a la guerrilla.

El intrigante desarrollo de cada centro melodramático (la oscilación entre el romance y la locura) está ligado, a veces de manera subordinada, al esclarecimiento de la principal cuestión detectivesca de la novela: ¿quiénes y por qué danzan en la punta de la Torre Latinoamericana?

Investigadores, cómplices, pertenecientes a bandos distintos o simples testigos, Indra e Ixtab se involucran siempre en la resolución de esas preguntas.

Los hechos que sirven para develar en cada “libro” el misterio de la danza en la torre, son premeditadamente rocambolescos y librescos. Por la parte rocambolesca, hay ataques de monstruos, explosiones, narcotráfico, hierofanías, escenarios extraterrestres, conspiraciones gubernamentales. Por la libresca, los mismos hechos refieren con frecuencia a fuentes bibliográficas acerca de los significados y las variantes de la Danza del volador en Mesoamérica.

Por eso último —y por la división en tres libros de colores—, la presente obra recuerda al Diccionario jázaro de Milorad Pavić; también se lee como un léxico, en este caso, acerca de la Danza del volador, bixom t´iiw (“danza de los gavilanes”) en lengua tének.

Pasando a otra cosa, la presente obra es también un ejercicio prosístico generado a partir de las palabras flores, comida, incendios y lumbrera, así como un ensayo sobre la confusión de las aves.

Su extensión actual es de 278 cuartillas. Yo calculo que faltan 38 para que la distribución de las partes quede simétrica.

La danza de los gavilanes se adscribe a los géneros narrativos cuento y novela.

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